viernes, 23 de enero de 2009

‘KOSHER’, CON CADA VEZ MÁS PRESENCIA

“En Panamá hay más variedad de productos que incluso en Miami, donde los comercios son más chicos. Aquí encuentras negocios que son una belleza, los productos son buenos y el costo está al alcance del público”, expresó una clienta que hacía sus compras en un comercio dedicado a la venta de productos kosher, alimentos aptos para ser consumidos por la comunidad hebrea. Este tipo de alimentos tiene cada vez mayor presencia en las principales cadenas de supermercados del país. La semana pasada, por ejemplo, la Cervecería Nacional informó que las leches Nevada y La Chiricana, al igual que los jugos Tutti Frutti recibieron la certificación que los acredita como productos kosher.

Esto significa que cuentan con una certificación del rabinato, sea local o internacional. En el área de Paitilla es donde se ha establecido la mayoría de los negocios dedicados a la comercialización de estos productos, como es el Super Kosher, que tiene 50 años en Panamá; y DeliKMarket en Multicentro, que abrió sus puertas en mayo de 2008. Pero además, en la zona se congregan otros establecimientos que van desde panaderías hasta carnicerías y restaurantes.

El pueblo judío mantiene una rigurosidad en la ejecución de sus normas sagradas, las cuales no escapan del consumo de los alimentos “El judío quiere santificar sus impulsos primarios así como los actos cotidianos para que la vida misma llegue a ser sagrada. De este modo, algo tan común y ordinario, como es el acto de comer, se ennoblece a través de las leyes que establecen qué y cómo se debe alimentar el hombre”, recalcó el rabino Gustavo Kraselnik. Según las sagradas escrituras, el judío solo puede comer mamíferos que sean rumiantes y que tengan la pezuña hendida como la vaca, la oveja, la cabra y el venado. Por eso, el cerdo no aplica (tiene la pezuña hendida, pero no es rumiante).

En el caso de las aves, para que califiquen como kosher tienen que ser domésticas como es el caso de la gallina, el pato y el pavo. Éstos se sacrifican de acuerdo al rito judío llamado shejitá, que consiste en cortar, con un cuchillo que no tenga ninguna imperfección, la vena yugular con el fin de ocasionarle el menor dolor posible. Previo a su sacrificio, se verifica que estén completamente sanos y luego, se revisa que sus órganos internos también lo estén. Si se encuentra alguna imperfección, el animal entero queda vetado para su consumo.

Una vez sacrificado, tanto al mamífero como al ave se le pone 30 minutos en agua y una hora en sal con el fin de que salga toda la sangre, ya que este fluido es el alma del animal. Los judíos pueden comer pescado, siempre y cuando tenga aletas y escamas, como es el caso de la corvina, el robalo y el lenguado. Los mariscos quedan excluidos por que no cumplen con esas do s condiciones.


Para los consumidores que no pertenecen a la comunidad hebrea, el simple hecho de que un producto sea kosher implica que se cumple con un control de calidad estricto. Los alimentos que se ofrecen en los negocios kosher se pueden identificar en su empaque y pueden provenir de cualquier parte del mundo, pero sobre todo de Estados Unidos e Israel. “Nuestro productos deben ser aptos para la comunidad judía, cumplir con las normas legales de cada país y no se puede vender productos vencidos”, aclaró Edgardo Rozenknopf, gerente de DeliKMarket. Según la Autoridad Panameña de Seguridad de Alimentos (Aupsa), a estos productos —como cualquier otro alimento importado—, también se les mantiene un estricto control sanitario.
Fuente: La Prensa, 21 de enero de 2009.

PRECIO DEL ACEITE INDUSTRIAL MOLESTA A PANADEROS

TOMADO DE CAPITAL FINANCIERO
Tras haber encontrado un paliativo a los elevados precios de la harina, en la importación de este rubro de Suramérica, ahora la Asociación de Panaderías, Pastelerías y Afines de Panamá (APPP) se queja del incremento en los precios del aceite industrial y grasas vegetales, por lo que mantienen reuniones con el Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA) para importar esos insumos.

La importación de harina de Argentina y de Perú logró calmar los ánimos de los integrantes de la APPP, quienes habían pegado el grito al cielo cuando el quintal de este insumo derivado del trigo se disparó a $45,00. Ahora la harina Compita la encuentran a $35,00 por quintal y mientras que la harina elaborada por Harinas del Istmo a se puede adquirir en $39,00 por quintal, informó el presidente de esa asociación, Giacomo Tamburrelli.

No obstante, Tamburrelli aclaró que la importación de la harina sólo impidió que el precio del pan siguiera aumentando, pero los elevados costos de otros rubros han provocado que muchas panaderías desaparezcan en silencio y podrían provocar nuevas alzas.“Rubros como aceite, mantequilla y manteca se han duplicado, especialmente las elaborados por Industrias Panamá-Boston S. A. (Dueña de la marca de aceite comestible Pabo)”, reveló Tamburrelli, quien destacó que “en el 2006 el precio del tanque de 5 galones de aceite era de $14,00 y en la actualidad es de $38,00, un incremento de 171%. ¡Esto es un abuso!”.

El dirigente empresarial aclaró que para las panaderías es imposible traspasar esa alza en los precios a los consumidores porque implica cobrar casi el doble, por sus productos, lo que afectado negativamente la rentabilidad de estos negocios y forzado a muchas empresas a cerrar sus puertas.

Un problema de costos
Juan Vincensini, gerente general de Industrias Panamá Boston, S. A., respondió que el costo de sus materias primas, insumos, electricidad, combustibles y costos financieros relacionados con la reposición de inventarios en el 2008, los obligó a elevar los precios de venta al por mayor de los aceites y grasas vegetales refinados que produce esa empresa.

Los precios internacionales de algunas de estas materias primas han comenzado a bajar recientemente, pero otros elementos del costo de producción, como la facturación eléctrica, plásticos, y el precio de varios insumos no se ha reducido todavía.Entre las principales materias primas que se utilizan para la elaboración del aceite comestible se encuentra el maíz y las semillas oleaginosas, las cuales muestran un incremento significativo en sus precios, debido a que se están desviando a la elaboración de etanol y biodiesel.
Industrias Panamá-Boston S. A. importa los aceites crudos de soya, girasol y de maíz, mientras que el de palma lo adquiere en el mercado local. Vincensini afirmó que su empresa ya ha realizado ajustes a la baja de los precios de venta al por mayor de nuestros aceites y grasas vegetales refinados, tanto a clientes comerciales como a industrias. Vincensini espera que los ajustes puedan ser mayores, en la medida en que sus costos de materias primas, insumos, electricidad, continúen ajustando sus precios a la baja.

Nuevas importaciones
El director del Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA), Gonzalo Cambefort, reveló que mantiene conversaciones con los integrantes de la APPP para importar aceite y margarina, productos que sería distribuidos bajo la marca “Compita”, de modo que los costos de producción se abaraten para los panaderos. “Tenemos ofertas de Argentina, Estados Unidos y Perú. Hemos importado aceite de soya porque tienen mejores precios que los locales”, dijo Cambefort.
A nivel local, el IMA le esta comprando aceite a Extractora del Barú S. A. (Ebasa). Empresa productora de aceite de palma, para distribuirlo bajo la marca “Compita”. De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), actualmente Panamá cuenta con 6.000 hectáreas dedicadas al cultivo de la palma aceitera, pero existen planes para incrementar a más de 40.000 hectáreas la superficie destinada a este cultivo a fin de aprovechar las oportunidades que existen en los mercados internacionales y el crecimiento de la demanda de alimentos en el mercado local.